Estados Unidos ha perdido su grandeza, porque ha perdido su democracia
Carta Internacional, 25 de enero de 2003
|
El imperio busca adentrarse en IRAK. Esta operación militar no le resultará "barato" a Estados Unidos en términos de imagen, aunque ponga todos los mas-media que son propiedad de las élites imperiales. Costará muchas vidas de de uno y otro bando, mucho más de parte de los iraquíes y aún más víctimas civiles. Pero las vidas de civiles y militares poco importan cuando las élites tienen los objetivos trazados. El terrorismo se ha convertido en el boleto de entrada a los países que no comulgan con el imperio. Atrás del mismo, en forma vergonzante y claudicante le siguen los estados vasallos sin ningún reparo en estas guerras y las atrocidades que se puedan cometer en la inocente población civil, y ni siquiera reparan en un Derecho Internacional violentado que sigue devaluándose a pasos agigantados.
La batalla de Irak se juega en los medios
Esta guerra no es como las otras. Existen muchos medios de comunicación, y algunos con intereses diferentes a Estados Unidos, o simplemente "realmente independientes”, medios alternativos comenzarán a sentirse en un mundo globalizado, destapando toda la verdad sobre las guerras del imperialismo.
Ha entrado como nunca en la escena internacional la "Opinión Pública Internacional", tal como personalmente había previsto en el primer artículo de la serie.
La opinión pública internacional existe y no tiene fronteras. Perfectamente se pueden organizar detrás de loables postulados de defensa de los Derechos Humanos y la autodeterminación de los pueblos. Cada vez estará dando muestras de su participación. No es descabellado; todo lo contrario, el sentido efectivo de dicha participación en las cuestiones internacionales. Estados Unidos podría recibir un boicot generalizado, pero dado como funciona la política mundial es muy improbable que esto suceda. Muchos países si no la mayoría de los secuaces de Estados Unidos le han dado el papel de “policía del mundo” en el proceso de globalización.
La "seguridad interna" de Estados Unidos no ha aumentado
Ni para Estados Unidos ni para sus aliados ha aumentado su seguridad interna. La posibilidad de ser víctimas de atentados terroristas puede que haya aumentado. Al revés, han atizado aún más el terrorismo internacional ahora enfocado aún más en contra de sus intereses.
El atentado de las Torres Gemelas del año 2001 ha sido como un interruptor que dispara la intervención de Estados Unidos en todo el mundo, ahora que nos adentramos en un nuevo siglo y el imperialismo no tiene oposición real en muchas áreas del mundo. Es un atentado que promueve una globalización militar de Estados Unidos en donde el Medio Oriente es el comienzo, pero no el final. Irán, Rusia, Asia Central y China pueden ser la ruta de la agresividad estadounidense, el brazo “gordo” de las élites imperialistas. Un mega-atentado justo al comienzo del milenio, como marcando el inicio de una nueva era necesaria para complementar el proceso de globalización económica.
Irak es una catástrofe
Entre los "aliados" existen divergencias. Estados Unidos quieren plantear un seudo protectorado en Irak bajo estricto control militar, principalmente derivado del Pentágono. El Reino Unido quiere un gobierno transitorio a cargo de las Naciones Unidas. En realidad no importa que marco jurídico se dara a Irak, lo importante es lo que en estos momentos no sale a la prensa o no resulta notorio las calamidades de la guerra y el desastre gubernativo del país árabe.
El proceso de “Guerra Continua”: la guerra y el petrodólar
El petróleo y la guerra son elementos para desestabilizar el mundo y globalizar el liberalismo político y económico y mantener todo el proceso bajo el control de las élites imperiales.
Estados Unidos como estado imperialista de alcance mundial es el mandamás y el que lleva adelante las políticas beligerantes en esta nueva era. Las élites dominantes necesitan de dos elementos entrelazados para mantenerse dueñas y en poder de las mayores riquezas del planeta: la guerra y el dólar. Ambos son parte de la misma esencia del poder. Se necesita de la guerra para mantener el petrodólar y el petrodólar es necesario para mantener una posición dominante en todas las esferas del mundo. La guerra y la economía capitalista van de la mano, por eso la necesidad de una guerra continua para fortalecer la globalización de la economía y el poder de las corporaciones transnacionales, entidades económicas que son verdaderos ejércitos al servicio de las élites.
Con la desaparición de la Unión Soviética y la debilidad de Rusia en lo económico y militar vemos con claridad el planteamiento de guerras fuertes con la utilización de armas mortíferas. Como si estuvieran alardeando la caída del proyecto del socialismo real, las guerras se propagan en el mundo con inusitada violencia y en períodos cortos de tiempo, haciendo este proceso desde el año 1991 como de “guerra continua”. Yugoslavia es un claro ejemplo de guerra atroz enfocada en el desmembramiento de sus partes constituyentes. Sin importar su pasado, los bajos instintos nacionalistas floreces por todas partes, como un nuevo adicionamiento de las guerras imperialistas.
Estados Unidos ganando la “batalla de Irak”, pierde la guerra
Las guerras propiciadas por las élites imperialistas solo miran su propio interés. Muy poco le importa el pueblo estadounidense y menos aún los pueblos extranjeros y en menor medida si no son los aliados de la OTAN. Ganar un batalla como la de Irak, bien puede ser perder la guerra contra el terrorismo; un terrorismo que de asolar descarga toda su ira contra los pueblos, no contra las élites que parecen no mirar este detalle. Pero no debemos olvidar que el complejo militar industrial debe ser alimentado con guerras a como de lugar. Un complejo militar que bueno sería saber quienes son sus accionistas. Las élites pueden amasar enormes fortunas con guerras inventadas, y la de Irak es una de ellas, petróleo y armas son el negocio sin importar la destrucción y el odio de pueblos extranjeros que ellas sucintan.
Las guerras inventadas solo harán perder credibilidad a Estados Unidos en el mundo, y no habrá forma de que se oculten los verdaderos intereses que hay detrás de estas guerras.
Estados Unidos ha perdido su grandeza, porque ha perdido su democracia.